Itziar Atienza es una actriz muy popular en España. Pero es el descubrimiento de su humanidad lo que resulta tan placentero desde el principio. Una conversación llena de vida y trabajo, pero también de sonrisas y risas. Porque, como ella misma revela, en su interior reside la Itziar de niña, a la que le encanta reír y bromear. Pero también es una mujer muy sensible, sobre todo cuando habla de esa parte de sí misma y de su infancia.
Itziar Atienza es una de las protagonistas de Entrevías, que ha sido la serie de habla no inglesa más vista de Netflix. Su inspectora jefa, Amanda Martos, debe combatir la delincuencia en Entrevías, un barrio madrileño, pero también se enfrenta al reto de su impredecible y ambiguo colega Ezequiel (interpretado por el maravilloso Luis Zahera) y del protagonista de la serie, el ferretero y exsoldado Tirso (José Coronado).

El personaje de Amanda se desarrollará a lo largo de las cuatro temporadas, al igual que la serie que ha tenido tanto éxito mundial. Descubriremos, por ejemplo, que Amanda es lesbiana y que compartirá una historia de amor con Jimena, la hija de Tirso. Una hermosa historia de amor, sin tóxicos, en la que las dos mujeres se ayudan mutuamente en momentos difíciles, como cuando Jimena se enfrenta inicialmente a la “salida del armario”, contándoselo a su hija y, sobre todo, a su padre, quien al principio la rechaza. Una historia de amor bien escrita e interpretada con la que las mujeres homosexuales pueden identificarse.
Más dolorosa y vivida solo brevemente como niña, pero igualmente hermosa, es la historia de otro personaje de Itziar. Candela de Las Largas Sombras (Disney+), al igual que sus otras amigas del colegio, revive un trágico suceso de los 18 años, incluyendo el abandono de Rita, su gran amor, quien decide irse a Londres sin ella, donde se convierte en una famosa directora. Ambas se reencontrarán tan solo 25 años después de aquella dolorosa separación, y las heridas de un pasado jamás olvidado del todo se reabrirán para ellas y sus amigas. En el caso de Candela y Rita, es la rabia de Candela por ser abandonada. El muro que había construido lentamente a lo largo de los años se derrumba porque el amor, el amor verdadero, es más fuerte.

Una montaña rusa de emociones vividas por los protagonistas de hoy y los jóvenes que fueron. Un constante flashback y avance que ayuda a los protagonistas (así como a los actores) a explorarse a sí mismos y al espectador a conocerlos mejor. Pero Itziar Atienza es más que una gran actriz. Es una mujer aún más grande, que con una naturalidad cautivadora, generosidad y la sonrisa que siempre la acompaña, contó su historia. Su intensa lucha consigo misma, hasta el punto de que acudió a terapia para descubrir lo que realmente quería después de siete años de estudios de derecho: ser actriz.

Solo se lo admitió a sí misma a los 28 años. Con su familia a su lado, incluido su padre, quien le había aconsejado seguir sus pasos eligiendo ese camino de estudio hacia la carrera de Derecho. Una historia de sí misma que comienza desde el principio, cuando recién nacía, mudándose con su familia de Madrid al País Vasco, al que se siente profundamente conectada. La historia de su tierra natal y su evolución. Recuerdos de cuando era niña. Estudios de Derecho, trabajo como traductora y, sobre todo, la crisis. Parte de ella también vivida en Italia. No saber quién eres ni qué quieres realmente, y para descubrirlo, tienes que cavar profundamente y aprender a escucharte a ti mismo. Pero hay otra lección de vida que nos enseña Itziar: afrontar la vida con una sonrisa. Porque no solo te sientes mejor, también haces sentir mejor a los demás.



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